Y SI SOY DIFERENTE…

Y SI SOY DIFERENTE…
¿ENCAJAR EN UNA SOCIEDAD PREFABRICADA?

¿Debemos encajar en una sociedad prefabricada? ¿Hay sitio para la diversidad innata al ser humano?

A raíz de la creación de mi primera novela “El secreto adamantino”, tuve que enfrentarme a la extenuante tarea de buscar una editorial que creyera en la obra para lograr su publicación. Como la trama de la novela es un puro mestizaje, ya que embebe la divulgación científica en un estilo novelesco, es decir, que no es un ensayo ni una novela en su pura esencia, recibí de una editorial la siguiente respuesta: “La obra está muy bien escrita, tiene ritmo, es de actualidad, pero…no sabemos donde encajarla. Así que no la publicaremos. Pero gracias por contactarnos”. Primera puerta cerrada al libro por ser “diferente” a pesar de su calidad literaria, fuera parte de que por el simple hecho de ser yo una autora novel, le cierran a una la mayoría de las puertas. Pero de eso ya hablaremos en otra ocasión. 

Lograda ya una editorial a través de la cual poder llevar el libro hasta el anhelado público, llegó el momento de la clasificación de la obra en las plataformas de venta… ¡Calamidad máxima! En resumen: no hay una sección en la que encaje el libro. ¡Sorpresa! O más bien, ¿Sorpresa? Las opciones de entre una lista de categorías prefabricadas en las que clasificar la obra eran escasas y no del todo adecuadas.

A lo cual yo reaccioné, ilusa de mí, intentando que se catalogara a la novela en más de una categoría. —Eso no se puede hacer —me dijeron. O que se creara una categoría de “Novela de divulgación” para ser fieles a su contenido y a su propósito. 

—No, no se puede —obtuve de nuevo como respuesta, y punto y final. 

La consecuencia: la obra está mal catalogada en TODAS las plataformas en las que aparece porque no era posible crear una nueva categoría ni tan siquiera clasificarla eligiendo más de una categoría ya preexistente.

Moraleja: O encajas en lo establecido o te hacen encajar (no hay más opciones). Si es que a eso se le puede tildar de “encajar”.

Y me hizo pensar en si con las personas pasa lo mismo… Cada uno tenemos una forma de ser, una personalidad, unos gustos, unos ritmos, una luz propia y única… ¿Cómo es posible que muchos de nosotros vistamos igual, nos peinemos igual y tengamos idénticos hábitos? Es que acaso, ¿nos moldean para quitarnos nuestras originalidades? ¿Se nos amansa para que seamos más manejables? ¿Nos educan para que encajemos en un molde que conviene a unos pocos? 

Bajo mi punto de vista, la originalidad es una virtud, es un don, un privilegio. Cada uno de nosotros es un ser único que tiene algo que aportar a este mundo y esa diversidad es riqueza en estado puro. 

Diversidad que implica no encajar en un molde preestablecido… pero, muchas veces, si te sales de ese molde, si te atreves a ser tú mismo o tú misma, entonces eres raro, te pasa algo o cuelga sobre ti la espada de la indiferencia o del aislamiento. “Lo diferente puede ser malo, peligroso”, pensará más de uno. 

El gran doctor Claudio Naranjo , reconocido psiquiatra chileno, escritor, maestro y conferenciante de renombre internacional, considerado pionero en su trabajo experimental y teórico como integrador de la psicoterapia y las tradiciones espirituales, lo tenía muy claro: “Educar es fomentar el desarrollo de lo que somos”.

Y para terminar este post sobre ser diferente, os dejo una frase de Albert Camus: 

“Ser diferente no es ni bueno ni malo, simplemente significa que tienes el suficiente coraje para ser tú mismo”

Foto cedida por © Javier A. Bedrina – www.bedrina.com