PARTE II: LOS ANIMALES DE LABORATORIO, ¿SON REALMENTE NECESARIOS?
En el post anterior dejé abierta una pregunta: ¿Son realmente necesarios los animales de laboratorio?
Bajo mi punto de vista, los animales de laboratorio a día de hoy son necesarios, pero en casos muy justificados. Es innegable que hay etapas en una investigación científica en las cuales es necesario ensayar en animales. ¿Por qué? Pues porque se requiere estudiar el efecto de un fármaco o un tratamiento de forma sistémica, es decir un estudio que englobe a varios órganos a la vez y a sistemas como el inmunológico, cardiovascular o nervioso, entre otros. En estos casos, es más que evidente que un cultivo celular o una simulación por ordenador no nos darán las respuestas que buscamos. Sin embargo, el uso de estos animales debe siempre ir precedido de todas las comprobaciones necesarias de eficacia, toxicidad, etc., del fármaco o sustancia estudiada, para asegurarnos de que el tratamiento es potencialmente viable. De esta forma podremos justificar su ensayo en animales, cuyo número, además, será el mínimo necesario para obtener resultados concluyentes.
Las diferencias entre especies, a nivel genético, fisiológico, inmunológico, metabólico o del sistema nervioso, han de tenerse en cuenta a la hora de diseñar los experimentos en animales, ya que podrían dificultar la reproducibilidad de los resultados en humanos. Puede darse entonces el caso de falsos positivos (el experimento es positivo en animales, pero no en humanos) o falsos negativos (no funciona en animales, pero sí podría hacerlo en humanos).
Una forma muy interesante de acercar especies diferentes para que colaboren en la curación de enfermedades humanas podrían ser los ratones avatar, ¿os suenan? Los ratones avatar o ratones espejo representan un cambio conceptual en la generación de modelos animales para el estudio de enfermedades humanas. Se trata de ratones inmunodeprimidos a los cuales se les implanta tejido tumoral de un paciente, para generar una réplica en el ratón de dicho tumor. El uso de estos ratones resulta esencial ya que dicho tumor no sobreviviría en una placa de cultivo. Luego se ensaya un fármaco diferente en cada ratón avatar para hallar el tratamiento más eficaz para ese paciente en concreto. Este podría ser un ejemplo de uso justificado y controlado de animales de laboratorio.
Así pues, tenemos sobre la mesa el argumento de emplear animales de laboratorio en casos muy concretos, muy justificados y muy controlados. Pero lo ideal sería, sin duda alguna, minimizar al máximo su utilización, buscando alternativas más respetuosas. En este punto, la Comisión Europea ha creado organismos como el Centro Europeo para la Validación de Métodos Alternativos (CEVMA), el cual se encarga de recopilar estudios alternativos a la experimentación en animales como por ejemplo el uso de cultivos in vitro, simulaciones informáticas o in silico, modelos matemáticos e ingeniería de tejidos para crear órganos in vitro, entre otros, con el objetivo de ir reduciendo el uso de animales de laboratorio.
Para mi tranquilidad, y la de muchos, avanzamos hacia una ciencia más respetuosa con los animales. Por ejemplo, en 2013, se abolió en Europa la experimentación animal en cosmética, vetando la importación y venta de productos cosméticos testados en animales. Por dar otro ejemplo, se ha visto que estudios in vitro y computacionales son igualmente efectivos, ahorrando mucho sufrimiento animal, a la hora de realizar ensayos de toxicología de compuestos o de impacto medioambiental.
Aquí os dejo un artículo interesante que explica alternativas al uso de animales en laboratorio: https://scielo.isciii.es/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1886-58872021000100006
En resumen, en mi opinión, la respuesta a si los animales de laboratorio son necesarios es que sí, seguido de un grandísimo, “PERO siempre y cuando sean realmente necesarios, su uso esté justificado y controlado y no haya otras alternativas”.
En mi caso, tras dedicar un tiempo a realizar proyectos que contaban con la experimentación en animales, decidí cambiar de temática y centrar mis estudios en una investigación más aplicada y cercana al paciente. Os lo cuento en mi próximo post.
Foto cedida por el National Cancer Institute en Unsplash.