Menos plásticos, por favor

Menos plásticos, por favor

PARTE I – Si somos parte del problema…

¡Estamos matando nuestro planeta! ¿Primicia? No, esto ya no es noticia. Lo sabemos desde hace años. No sé si te has parado a analizar este problema en detalle; lo cierto es que, si incrementáramos los aumentos para verlo más de cerca, como si mirásemos a través de un microscopio, nos sobrecogería sobremanera lo observado al otro lado de la lente.

La realidad es aterradora, aunque ya de sobra conocida: estamos deteriorando, asfixiando y desvirtuando nuestro planeta. ¿Por qué? ¿para asegurar nuestra supervivencia? ¿para mejorar como especie? ¿por alguna extraña razón digna de elogio y cordura? La respuesta es un gran y rotundo: NO. Simplemente, si es que la situación puede ser tildada de simple, es debido a un cambio de hábitos, que ni tan siquiera nos hemos parado a cuestionar ni a analizar; y que hemos interiorizado sin más, como el que se toma una pastilla sin sopesar los efectos secundarios. Hábitos que, lejos de respetar, proteger y cuidar nuestro entorno, lo degradan hasta límites que bien podríamos calificar de vergonzosos. 

Miles de animales, con el mismo derecho que nosotros a habitar este trozo de roca, que hemos llamado Tierra, están viendo como sus hábitats y su modo de vida se deterioran a pasos agigantados a merced de una especie autodenominada “superior”. Tortugas marinas muertas por comer lo que parecía una suculenta medusa y que resultó ser la bolsa del supermercado que algún incauto ciudadano dejó tirada en la calle y que el viento se encargó de hacer volar hasta el mar. Aves atrapadas en anillas de plástico que antaño rodearon las torneadas formas de una lata de cerveza. Cetáceos saciados con decenas de kilos de plástico en sus estómagos o con sus intestinos atascados. Desolador, ¿no te parece? En resumidas cuentas: nuestro planeta sufre porque le hemos perdido el respeto y el cariño que merece.

Lo cierto es que millones de toneladas de residuos plásticos se vierten al mar cada año. ¡Millones de toneladas! Es difícil hacerse una idea de la magnitud del problema, para ello basta con convertir las toneladas en kilos. Observa como los escasos 375 millones de toneladas de desechos plásticos que se generan al año, –cifra que varía según quien la publique- se convierten en un abrumador desfile digital al expresarlos en kilos: 375 000 000 000 kilos. Algunos comparan esta cifra con el peso de la población mundial. En resumen, generamos el equivalente al peso de la población mundial en residuos plásticos, cada año. ¡Ya puedes llevarte las manos a la cabeza!

-Pero el plástico se recicla, se incinera; no es para tanto -podría replicar alguien. Lo cierto es que la marea de residuos plásticos, que tan incansablemente generamos, es tan ingente que su gestión resulta tremendamente deficiente: sólo un pequeño porcentaje de estos desechos se reciclan con éxito y una irrisoria proporción se incinera. El resto de plásticos usados se van acumulando, sin descanso, en vertederos o llegan a los mares a través de los ríos o gracias a la acción ciudadana y mercantil. 

La mitad de los desechos plásticos que flotan en nuestros mares son los consabidos y, ya mundialmente famosos, plásticos de un solo uso. Tras estar breves instantes en nuestras manos, se pasarán cientos de años contaminando nuestro entorno, debido a su increíble habilidad para romperse en pedazos cada vez más pequeños, dando lugar a los microplásticos y sucesivos nanoplásticos. Consciencia y Conciencia se estremecen a partes iguales ante el hecho de que cada uno de nosotros estamos contribuyendo a esta realidad. Sí, has leído bien. Parte de esos plásticos de un solo uso que flotan en ríos y que ahogan los distintos mares de este planeta, los hemos tirado nosotros a nuestro cubo de basura. Así que somos, en esencia, también responsables de estar plastificando nuestro planeta.

Es necesario puntualizar que, si bien, la mejora de la gestión de los residuos plásticos generados está en manos de gobiernos y entidades públicas, la capacidad de reducir drástica y definitivamente la cantidad de dichos residuos está, de manera directa y evidente, en manos de los ciudadanos y consumidores.

-Veamos -podría rezar el dialogo interno de un consumidor poco dado a la inactividad y al culto a la queja-, ¿qué puedo hacer yo para cambiar esta situación? ¿Pretencioso? Tal vez, pero sin duda eficaz, ya que, si cada individuo está contribuyendo a crear esa realidad, también puede hacer algo para cambiarla. 

En el vídeo que tienes a continuación repasaré contigo en detalle esta situación, revisaremos lo que son los plásticos, recordaremos los tipos de plásticos que existen y algunos de sus usos. También te acompañaré a dar un breve paseo por su reciclaje para toparemos, ya te lo adelanto, con algunos problemas al respecto, de nada desdeñable magnitud.  

En el siguiente podcast, ¡seremos parte de la solución! Como cuida-dana (persona que quiere cuidar su medioambiente) te compartiré algunos hábitos para reducir el consumo de plásticos de un solo uso. 

Continuará…

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Vídeo con más información acerca de los plásticos, su reciclaje y ¡mucho más!

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Foto cedida por Sergei Tokmakov Terms.Law en Pixabay